Diferencias entre alimentos orgánicos, BIO y Ecológicos (si es que las hay…)
De acuerdo con un informe de la Unión Europea al respecto, la producción orgánica es un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos que se basa en la agricultura sostenible, genera productos de alta calidad y se vale de procesos que no dañan el medio ambiente, la salud ni el bienestar humano, vegetal o animal. Para garantizar que la producción orgánica sea tal, la legislación europea ha generado un amplio marco de reglas y requisitos sobre la producción, procesamiento, manipulación y certificación de alimentos orgánicos.
BIO: un mercado en auge
Mientras que la demanda se concentra principalmente en Norteamérica y Europa, más de las tres cuartas partes de los casi 2 millones de productores de alimentos orgánicos del mundo se encuentran en Asia, África y América Latina. Asimismo, una octava parte de los productores de alimentos orgánicos (alrededor de 260.000) están ubicados en la UE, donde en 2013 se cultivaron más de 10 millones de hectáreas de tierra con productos orgánicos. A pesar de todos los datos positivos, el gran crecimiento de la agricultura ecológica también ha hecho surgir la llamada “hipótesis de convencionalización”, según la cual algunas grandes granjas orgánicas pueden tender a funcionar cada vez más como modelos ligeramente modificados de granjas convencionales.
Esto desvirtuaría el concepto de alimento orgánico, y de ahí la importancia de controles estrictos en los procesos de producción y de certificación.
¿Por qué elegimos comer orgánico?
Las diferentes investigaciones muestran que la toma de decisiones relacionada con los alimentos es un proceso complejo, y las influencias que recibimos son muchas. Entre los diversos condicionantes existen, por ejemplo, determinantes económicos, como son los precios de los productos y los ingresos del consumidor; determinantes físicos, como la accesibilidad a los productos; determinantes sociales, como patrones culturales, familiares y alimentarios; y determinantes personales, como nuestras actitudes, creencias y conocimientos sobre la comida.
Incitados principalmente por preocupaciones medioambientales, y a pesar del mayor precio de los productos orgánicos, los consumidores de la UE gastaron en alimentos orgánicos más de 22 mil millones de euros en 2013, generando un crecimiento de casi un 6% del mercado orgánico de la UE en ese año. Una consulta sobre agricultura orgánica, realizada por la Comisión Europea en 2013 y en la que se recavaron casi 45.000 respuestas del consumidor y las partes interesadas, reveló las preocupaciones de los ciudadanos respecto a problemas ambientales y de calidad. La consulta mostró también una clara demanda de reglas más uniformes en el territorio europeo, además de mejoras en los sistemas de control de los alimentos orgánicos.
¿Qué es un alimento orgánico, y en qué se diferencia de uno bio o ecológico?
De conformidad con lo ya dicho al comienzo del artículo, un alimento orgánico es aquel que ha sido producido mediante una agricultura sostenible, que posee una alta calidad y que se genera a través de procesos que no dañan el medio ambiente, la salud ni el bienestar humano, vegetal o animal. Los expertos sostienen que antes del desarrollo de fertilizantes a base de nitrógeno sintético a principios del siglo XX, toda la producción de alimentos en el mundo era, de facto, orgánica. Varios términos, como ‘bio’, ‘eco’ y ‘orgánico’, se usan para referirse a productos orgánicos. Con lo cual, hablamos de palabras equivalentes y aceptadas en toda la UE. El término ‘bio’ o ‘biológico’ prevalece en las lenguas romances y germánicas, mientras que en los países de habla inglesa se utiliza principalmente el término ‘orgánico’. Pero no nos confundamos Sin embargo, los alimentos cultivados o producidos orgánicamente no deben confundirse con los vendidos como “naturales”. Este término, ampliamente utilizado en el marketing alimentario, tiene una variedad de definiciones, la mayoría de ellas vagas e imprecisas. Se supone que lo “natural” implica alimentos mínimamente procesados y en los que todos sus ingredientes son productos naturales, pero no existe ninguna etiqueta en la UE ni en los EEUU que regule o avale el término “natural”. De ahí la recomendación de revisar los ingredientes de productos con este término, por la vaguedad de su significado.
Regulación europea
Los principios que rigen la producción de alimentos orgánicos en la Unión Europea son los siguientes:
- Respeto de los sistemas naturales y sus ciclos mantenimiento de un alto nivel de biodiversidad uso responsable de la energía y los recursos naturales como el agua, el suelo, la materia orgánica y el aire altos estándares de bienestar animal.
- Además, la producción de plantas orgánicas se obtiene solo de semillas igualmente orgánicas y basadas en técnicas de cultivo sostenible.
- Los fertilizantes y pesticidas solo podrán ser utilizados si han sido autorizados para su uso en la agricultura orgánica.
- Además, los alimentos pueden ser etiquetados como orgánicos sólo si al menos el 95% de sus ingredientes agrícolas también lo son.
Por otro lado, sólo se pueden utilizar los aditivos y aromatizantes presentes en una restringida lista de sustancias autorizadas para la producción orgánica. El uso de aditivos alimentarios de ingredientes no orgánicos está autorizado sólo en casos de necesidad tecnológica esencial o para objetivos nutricionales específicos. Los alimentos orgánicos se procesan preferiblemente con el uso de métodos biológicos, mecánicos y físicos. Está estrictamente prohibido el uso de radiación ionizante para el tratamiento de alimentos orgánicos, así como los organismos genéticamente modificados (OGM) y productos producidos a partir de OGM (con la excepción de medicamentos veterinarios). Esta prohibición rige durante cualquier etapa de la producción, procesamiento o manipulación del producto orgánico.
Etiquetado de los alimentos orgánicos
El Reglamento de la UE sobre producción y etiquetado orgánicos especifica que cualquier término (incluidos diminutivos como ‘bio’, ‘eco’ o ambos combinados) que sugiera que un producto o sus ingredientes han sido obtenidos a través de un método de producción orgánico, puede ser utilizado en cualquier idioma oficial de la UE para el etiquetado y la publicidad de productos orgánicos. La UE introdujo en 2010 un logotipo propio para la identificación de productos alimentarios orgánicos, lo que no impide el uso de otros logotipos particulares de cada estado miembro, pudiendo figurar solos o combinados con el de la UE.